martes, 6 de febrero de 2007

LA BELLEZA Y EL SERVICIO DE LA TEOLOGÍA, Milan Opocensky [1931-2007]

Conferencia presentada en la reunión de diálogo ortodoxo oriental y reformado, Kottayam, India, enero de 1997.
Faith challenged by history: reports, lectures,sermons and Bible studies given by the Rev. Dr. Milan Opocensky, while General Secretary of the World Alliance of Reformed Churches. Ginebra, Alianza Reformada Mundial, 2001 (Estudios de la Alianza Reformada Mundial, 44), pp. 154-166.

Versión de L.C.-O.

Entre las ciencias, la teología es la más hermosa. Desafía al máximo a la mente y al corazón. Se acerca profundamente a la realidad humana y abre la más clara perspectiva en dirección a la verdad, la cual es perseguida por toda ciencia. Es un paisaje con horizontes claros, distantes y magníficos, como el paisaje de Umbria o Toscana. Y es una obra de arte como las enormes y exóticas catedrales de Colonia o Milán. Sin embargo, entre las ciencias la teología es también la más difícil y la más peligrosa. Trabajarla puede resultar en desesperación o soberbia. Pero lo peor que puede sucederle a la teología es que se convierta en su propia caricatura.[1]
KARL BARTH

I
El punto de partida de la teología es la realidad de la revelación, el movimiento y la condescendencia de Dios. Hablando tradicionalmente, en teología la sustancia de Dios es examinada pero en conexión con el movimiento de Dios en la historia. La teología conoce realidades y eventos históricos mediante los cuales la actividad divina originó a la iglesia, que a su vez escucha la palabra de Dios, y sobre ella habla y predica hoy.
Los pronunciamientos teológicos son siempre a posteriori: en ese sentido la teología es una función de la iglesia. Su tarea es ayudar a la iglesia a manejar el mensaje divino para que sea adecuado a las acciones liberadoras de Dios. En primer lugar, la reflexion teológica está al servicio de la iglesia.
La teología puede cumplir su tarea si es libre. Está sometida sólo al objeto de su trabajo. En la teología protestante actual se acepta, por lo general, que la teología es la función y el servicio de la iglesia. Hasta hace poco tiempo se reconocía que la teología era simplemente la ciencia de la religión. Fue Albrecht Ritschl (1822-1889) quien clarificó la distinción entre religión y teología.
Bajo la influencia de Karl Barth (1886-1968) hubo una aceptación gradual de la idea de que sin la iglesia no habría teología, y viceversa. La relación entre teología e iglesia fue clarificada mediante un proceso lento y gradual. Pronto surgió una pregunta sobre si el carácter eclesial de la teología no limitaría su naturaleza científica. ¿Significaría esto que la teología solamente confirma la doctrina compartida por la mayoría en la iglesia? Se expresó el temor acerca del aislamiento en que quedaría la teología en su relación con otras ciencias humanas. Tal aislamiento conduciría, necesariamente, al oscurantismo científico.
La teología dialéctica (de Barth y otros) trató de puntualizar que la teología tiene su justificación antre las ciencias sólo si comienza con la revelación y con la realidad histórica de la iglesia, la cual es la reacción a la revelación. De otra manera, cualquier ciencia asumiría la responsabilidad de la reflexion teológica.
Si hablamos acerca del carácter eclesial de la teología esto no significa que se quiera crear un espacio protegido en donde no tomaría lugar la confrontación con los resultados de otras ciencias. La teología no tiene como su tarea llevar a cabo la actividad proclamadora de la iglesia.
La teología es la auto-reflexión de la iglesia. La pregunta central es si la proclamación (predicación, catequesis y actividad diaconal) es adecuada considerando la sustancia con la que trabaja. La teología analiza hasta qué punto la iglesia y sus miembros son fieles a la materia que es el contenido de la predicación. A veces la reflexión teológica realiza una sutil transición desde una forma analítica a la proclamación.
La actividad teológica (auto-reflexión) está encomendada a cada miembro de la iglesia. De manera especial, dicha tarea se delega a los maestros y los predicadores. En la tradición protestante ellos se distinguen de los ancianos y otros miembros sólo por la tarea específica (comisión). Semejante cargo es precedido y preparado por varios años de estudio metódico y disciplinado. No obstante, todos los miembros de la iglesia deberían tener un mínimo conocimiento de la teología que les permita examinar si la iglesia en su proclamación y en toda su actividad es fiel a la “materia” (Sache), y si su testimonio es adecuado. A este respecto, la teología es tarea de toda la iglesia. Es la tarea universal de todos los miembros, no sólo de quienes han recibido la acreditación específica (potestas magisterii).
El interés de la teología es el oficio real de Cristo. Su reino y su apelación última no deberían ser oscurecidos. No debería removerse la distinción entre la Palabra de Dios y la proclamación de la iglesia. El trabajo teológico se hace en una escucha obediente y continua. El programa duradero para la teología aparece expresado en las palabras de Anselmo:
Credo ut intelligam.
La teología es una actividad de fe. Es un esfuerzo que no elimina la razón. Por el contrario, interroga a la razón y busca una expresión racional. La fe desea obtener un conocimiento racional.
Uno de los postulados de la teología es su carácter científico. Reclama ser científica. Sin embargo, no ambiciona cumplir con el concepto secular de ciencia tal como la ciencia misma lo entiende hoy y de la forma en que percibe su carácter científico.
El tema fundamental de la teología debe ser cumplir su tarea de forma que se adecue a su objeto. La teología siempre tiene como tarea preguntar si la libertad no está amenazada, libertad para trabajar lo que es adecuado y realmente científico. La libertad de la teología puede limitar la falsa autosuficiencia (el conocimiento abusivo de I Cor 8.1), las ideologías (la filosofía y el fraude vacío, Col 2.8), falsamente llamado conocimiento (I Tim 6.20).
La teología es una ciencia sui generis. No es autosuficiente ni se siente superior. Es libre, ve más allá de su libertad y la conserva. Debe estar consciente de que la verdad y la realidad revelada por la Palabra del Dios viviente no se identifica con la verdad y la realidad como la percibe su esfuerzo científico.
La teología es una instancia existencial que no consiste en la posición de un observador o en la actitud de quien se distancia a sí misma. No es simplemente una materia para hablar de Dios teórica y objetivamente. La teología se dirige al ser humano: tú y yo. Tua res agitur! El pensador danés Sören Kierkegaard (1813-1855) es un ejemplo del esfuerzo teológico y filosófico comprometido.
La teología está en peligro de convertirse fácilmente en la sabiduría de un espectador. Cada pronunciamiento teológico debería ser el lamento de una persona en su lucha existencial. No obstante, no es sólo personal. La teología es una reflexión en y por una comunidad de fe. Lo que realmente importa es la gracia del llamado de Dios, el libre don de la Palabra de Dios, del Espíritu Santo, el acto de ser llamado a la iglesia. Una y otra vez un(a) teólogo(a) debe encontrar estas realidades si experimenta la verdadera función de todo teólogo. Se trata siempre de un movimiento de gracia donde Dios se nos revela y nos permite darnos cuenta de este hecho. Pero sucede de una manera tentativa e inadecuada.
Según I Tim 4.16 la enseñanza (didaskalia) se relaciona con nuestra salvación. Profundizar nuestro conocimiento del reino de Dios en Jesucristo es parte de la santificación. La fe que crece in el conocimiento tiene sostenibilidad y amplitud. Pero la fe también percibe que el amor de Cristo sobrepasa todo conocimiento (Ef 3.19). El amor regula al conocimiento que puede degenerar en soberbia. Lutero conoció bien la tentación del trabajo teológico cuando escribió: summus theologus - summus peccator.
Incluso el teólogo más creativo y prolífico no podrá justificar sus acciones mediante su desempeño teológico. Agustín no es justificado por el alto nivel de su reflexión teológica, así como Francisco de Asís no es justificado por su simplicidad teológica.

II
La teología no es sólo un acto del pensamiento sino un esfuerzo práctico por poner en práctica lo que es visto y reconocido como verdad. La praxis tiene de nuevo un efecto sobre la labor teológica y su orientación. La teología es una ciencia; es, por ello, un esfuerzo científico. Su trabajo contribuye a la investigación científica, la cual es parte de una actividad cultural más amplia. Con respecto a esto, la teología no es sólo una función de la iglesia pero representa una contribución a la civilización humana universal.
La teología no huye ante la ciencia sino que le da la bienvenida a la crítica científica. Ésta debería servir para identificar todo lo que es superstición y mito.
La teología es un auto-examen preciso y estricto de la fe. Lo que verdaderamente importa en la fe es la verdad y la realidad. La vida y el conocimiento humanos deberían basarse en la auténtica realidad. La teología como esfuerzo científico también contribuye a este objetivo.
Los teólogos no viven por la ciencia teológica sino que, en primer lugar, por la fe. Han sido hallados y dominados por la verdad. Implica un gran esfuerzo para comprender la verdad que ha sido percibida, interpretarla adecuada, comprensible y efectivamente. No obstante, la realidad de la Palabra de Dios no puede ser alcanzada por el examen objetivo y la investigación. El conocimiento racional no es suficiente. Un teólogo tiene que luchar con la existencia completa. La teología es una empresa muy exigente. Nunca deja de tener riesgos. La existencia teológica es, al mismo tiempo, gloriosa y peligrosa.
La verdadera teología mantiene sus pies en la tierra firme y se mueve entre pecadores. No abandona tampoco el agudo instrumento científico. Trae a colación la pregunta sobre la autenticidad y confiabilidad de los registros de lo que Dios ha hablado y de la forma en que los seres humanos han escuchado y obedecido. El conocimiento de los hechos históricos, psicológicos, sociales y culturales no es suficiente. El conocimiento personal de la Palabra consiste en ser tocados y en dedicarse a reconocer sus exigencias. La existencia teológica brota de la sorpresa causada por las maravillosas obras de Dios. Somos fascinados y tocados por las historias bíblicas. Nos comprometemos, entonces, con aquello que apela a nuestra mente y corazón.
Conocer y comprender no son idénticos. Un teólogo introduce a los miembros de la iglesia no sólo al conocimiento de las historias bíblicas, las confesiones y la historia eclesiástica, sino que también los ayuda a comprender este testimonio para la existencia cristiana de hoy y mañana. Esta interpretación es la tarea esencial de la teología. Interpretamos lo que es relevante, válido y con autoridad incondicional. Una idea filosófica no posee urgencia inmediata, como la Palabra del Dios viviente, pues ésta es oportuna, personal, concreta y práctica.
Existen al menos tres postulados de carácter científico que pueden aplicarse a la teología:
[2]

a) Las ideas teológicas tienen carácter cognitivo. Hablan acerca del desarrollo de asuntos que reclaman ser verdaderos. No están determinadas solamente por la expresión retórica.
b) Es importante postular coherencia. La realidad es percibida sub ratione Dei. Es un reino unificado que abarca expresiones teológicas individuales.
c) La teología no puede cerrarse a la postulación del control y la verificación de sus afirmaciones. No habla sólo de lo factual. También está en consideración la estructura lógica del tratado teológico y la coherencia del pensamiento en el trabajo teológico.

Los otros postulados son menos evidentes. Primero, el postulado de independencia. la ciencia no puede originarse bajo la presión de algunos prejuicios. Además, el postulado de la concordancia, que afirma que las sentencias científicas son aquellas que respetan lo que es posible biológica y físicamente. Las afirmaciones teológicas no deberían contradecir “nuestra” física y “nuestra” biología.

III
La teología tiene un carácter dialógico. La verdadera iglesia existe para el mundo y, por ello, constantemente está implicada en un diálogo. La iglesia debería conducir un diálogo acerca de cómo los seres humanos en un periodo particular se comprenden a sí mismos, al mundo y a Dios. Por lo tanto, la teología dialoga con la filosofía, la psicología, la sociología y las ciencias naturales. El punto de partida de todo diálogo es el hecho de que Dios nos habla y de que Dios entra en diálogo con nosotros. Somos libres de responder y vivir una existencia dialógica.
La iglesia es una comunidad formada por quienes mediante el poder del Dios reconciliador y perdonador pueden existir dialógicamente. Es necesario tener un diálogo con los padres y madres de la iglesia, con las confesiones, con el testimonio de quienes nos precedieron pero también con quienes están al lado nuestro en el camino. Con nuestros ancestros y nuestros contemporáneos nos preguntamos por la verdad de la Palabra de Dios. Karl Barth habla acerca del diálogo principal con los profetas y los apóstoles. En el diálogo secundario recibimos advertencias y orientaciones por parte de los teólogos y testigos que nos han precedido. La tarea de la teología es mantener el diálogo primario y secundario en acción, para distinguir entre ellos y percibir sus conexiones mutuas.
Una parte del diálogo con el mundo es nuestra disposición para defendernos de quien demande “razón de la esperanza que está en nosotros” (I Pedro 3.15). Hetoimoi pors apologian significa que la iglesia se esfuerza por encontrar un lenguaje que pueda expresar con frescura el mensaje del evangelio. Nuestro sermón no puede ser la simple repetición o recitación de textos bíblicos. Lo que importa es la viva vox evangelii, esto es, la voz viva del evangelio para los seres humanos contemporáneos. El amor por un vecino y por su clamor de auxilio nos obliga a dialogar con el mundo y su conocimiento. Sin embargo, esto no quiere decir que un teólogo deba hacer el trabajo de los filósofos, psicólogos o de los científicos sociales. Cada disciplina tiene su propio derecho, su tarea y su dignidad. La teología, mediante un abordaje dialógico, intenta decir que los seres humanos con todo su esfuerzo cognitivo y todo el mundo creado pertenecen a Dios.

IV
En la labor teológica es necesario poner de relieve la estrecha conexión entre teoría y praxis. (3) Acerca de Feuerbach, Marx dijo: “En la praxis el hombre tiene que probar la verdad, esto es, la realidad y el poder, el carácter terrenal de su pensamiento”. El punto de orientación para la teología es la realidad del reino de Dios en movimiento, el cual cambia y renueva el mundo. No es sólo la teoría lo que importa en teología. La teología es un asunto eminentemente práctico. Una teología introvertida no está en posición de relacionarse con los problemas y conflictos de la vida social. Semejante teología está en peligro de convertirse en víctima de la contemplación académica, atrapada en las premisas filosóficas y en el apoyo del statu quo. Cada afirmación teológica debería verificarse en la praxis. De lo contrario, sin saberlo, la teología puede volverse una expresión y reflexión de cierta praxis. Siguiendo esta línea de pensamiento, pudo formularse una aguda crítica por parte de los estudiantes de teología rebeldes de los años 60: “La teología predominante es la teología de los gobernantes (rulers) (Die herrschende Theologie ist die Theologie der Herrscher).
La Palabra —inspiración de todo esfuerzo teológico— tiene el carácter de acción. La consecuencia de la Palabra es la transformación del mundo y la renovación de la vida. El significado mismo de la palabra hebrea dabar y de la griega logos es anti-idealista. Dabar y logos tienen un núcleo creativo para el cual la efectividad es significativa. El logos bíblico es un poder creativo que se basa en la acción y en el conocimiento. En Jesucristo es una realidad terrenal y liberadora. Lo que importa no es, primariamente, celebrar y probar sólo teóricamente el poder creativo de la Palabra de Dios. Según las Escrituras, el conocimiento del logos está conectado íntimamente con hacer lo que es verdadero (Juan 3.21). Esto debería reflejarse en las relaciones personales, interpersonales y sociales.
Si decimos Veni, Creator Spiritus, creemos que el Espíritu Santo es el espíritu que renueva mi cuerpo y mi vida personal y comunitaria. La historia es el espacio en donde podemos percibir la praxis de Dios. Es por su gracia quen podemos entrar, participar y crear en ella. Si enfatizamos la praxis (el acto), no hablamos a favor de un pragmatismo exagerado. La primera y última tarea de la teología es purificar y liberar a la Palabra de todas las fuerzas que tiendan a esclavizarla y a aprisionarla.

V
Mencionaré tres ejemplos de acercamientos recientes a la tarea teológica.

1. Richard Shaull (profesor, en una época, en el Seminario de Princeton) (4) llevó a cabo una profunda transformación de su pensamiento teológico en los años 60. Se vio obligado a revisar mucho de lo que él había considerado relevante. Bajo la presión de la explosiva situación latinoamericana, la revuelta estudiantil y otros factores, Shaull comenzó a buscar un nuevo método teológico, nuevas categorías, perspectivas y paradigmas. La escatología lo ayudó a vivir en una situación de discontinuidad y crisis, para actuar creativamente, aceptando el caos, y vivir sin respuestas claras mirando hacia adelante con esperanza, aunque el futuro era incierto. El paradigma es el camino de Cristo: sufrimiento, muerte y resurrección. La perspectiva escatológica ayudó a Shaull a superar el liberalismo político y a aceptar positivamente a quienes habían optado por un cambio radical (revolucionario) de las estructuras sociales. El presente debía abrirse al futuro. Siempre es necesario decidirse entre la estrategia de la continuidad o de la discontinuidad. La escatología nos ayuda a vivir en esperanza y en libertad interior enmedio de una situación caótica, impredecible y amenazante. Nos abre a nuevas sorpresas, nos ayuda a celebrar pequeñas victorias y a tener los ojos bien abiertos para las “grandes pequeñeces”. Un término importantes es “la apuesta”. Guiado por los símbolos y retratos bíblicos, Shaull arriesgó una apuesta y entró en territorio desconocido. Semejante actitud lo llevó a las siguientes consecuencias:

a) Ya no vivimos en una situación en que el concepto sistemático abarcador es aceptable comúnmente.
b) La realidad que debería reflejarse teológicamente debe ser experimentada en lvida cotidiana. En la lucha es posible encontrar nuevas expresiones e instrumentos terminológicos.
c) Es necesario dialogar con la filosofía y las ciencias humanas.
d) Es preciso examinar el sistema imperante para advertir si es abierto, creativo, flexible y seguir paso a paso la realidad dinámica.
e) En la lucha por las dimensiones más profundas de la existencia humana, la teología trabaja con símbolos y conceptos y habla acerca de realidades que van más allá de nuestras limitaciones usuales. Hablar de Dios pone en cuestión cualquier tendencia a absolutizar un cierto modo de pensar y la estructura social. Hablar de Dios es una tarea iconoclasta.
f) La comunidad cristiana se encuentra a sí misma en el camino. Se encuentra entre la lucha esperando que los símbolos cristianos sean una guía hacia lo que es más relevante en la vida humana y en la historia. Deseamos apostar que en el sufrimiento, las dificultades y la muerte se abrirá una nueva puerta hacia el futuro.

2. Otro ejemplo es la actividad teológica de Robert McAfee Brown (profesor del Seminario Union de Nueva York). (5) Él revisó radicalmente su pensamiento teológico durante el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos y en las protestas contra la guerra en Vietnam. Lo que consideraba como teología normativa demostró ser muy parroquial. Incluso la teología bíblica puede resultar parroquial si es leída desde la perspectiva blanca, masculina, burgués occidental e intelectualista. McAfee Brown invita a reflexionar teológicamente en “una nueva clave”. Desde quienes son oprimidos, explotados y marginados se formula un nuevo énfasis teológico. Son mujeres, gente de color, pueblo que ha sido física y mentalmente pisoteado: pueblos de Asia, África y América Latina. Igualmente, no podemos olvidar el genocidio de los judíos y el Holocausto. “Ninguna afirmación, teológica o de otro tipo, puede ser creíble a la luz de los niños ardiendo vivos”.
Hemos estado acostumbrados a registrar cómo se lee la Biblia en Tubinga o en Marburgo. Pero en estos tiempos hemos de prestar más atención a cómo se lee en Solentiname o Soweto. Así, surgen dos Biblias diferentes, dependiendo de la perspectiva desde la cual se lee. Una justifica al mundo burgués occidental. La otra cuestiona las bases de esta cultura. Ofrece materiales de construcción para un mundo alternativo. ¿Qué significa esto para la tarea teológica? McAfee Brown subraya tres elementos:

a) El momento geográfico es la voz del Tercer Mundo. Abrirse al clamor del Tercer Mundo presupone apertura hacia quienes son discriminados en mi vecindario.
b) El momento histórico-cultural al cual la teología en una “nueva clave” tiene que considerar es el judaísmo posterior al genocidio. El diálogo con la sinagoga no es un punto fuerte del cristianismo. La ortodoxia cristiana autocomplaciente está detrás del hecho de que los cristianos con frecuencia han discriminado, manipulado, torturado y asesinado judíos. Este es un hecho vergonzoso de la historia cristiana.
c) El tercer elemento es metodológico. La fe no vino hasta nosotros en forma de teología, sino mediante relatos e historias. Tenemos que redescubrir una historia (narración) si hemos de renovar la fe de nuestra época. Nuestra tarea es contar la vieja historia para que los oyentes se encuentren a sí mismos en ella y acepten la vieja historia como suya.

3. Según el Diccionario de Teologías Feministas, la teología “interpreta la Escritura y la tradición en situaciones históricas, sociales y culturales particulares para comunidades de fe particulares. La teología toma su lenguaje, preguntas y temas de las comunidades particulares en situaciones particulares; las respuestas que puede proveer son tentativas, parciales, provisionales”. (6) Durante los últimos 50 años la situación histórica, social y cultural ha movido a la teología hacia un cambio de paradigma. La forma en que la teología comprende sus tareas y métodos ha cambiado. La nueva física cambió la comprensión de la realidad. Las relaciones no son accidentales pero constituyen a la realidad. Esto tiene importantes consecuencias para el concepto de Dios. Quizá sean la teología de proceso y la feminista las que mejor reflejan el carácter relacional de la realidad. Los teólogos del proceso examinan las implicaciones sociales y éticas de un mundo relacional. La teología feminista aplica categorías relacionales a la comprensión social y ética de la realidad de la mujer, de la comunidad humana y de la relación entre Dios y el mundo. Un mundo relacional es un mundo interdependiente que fue creado en y mediante el entrecruce de energía e influencia. (7) Todo tiene valor en sí mismo y en términos de sus efectos sobre otros. Una teología del proceso contribuye a una visión ecológicamente sensible. La teología feminista acepta la interdependencia de todas las cosas y construye sobre la sensibilidad hacia ella.
Dorothee Sölle sugiere que la teología se origina en el establo donde apesta la injusticia histórica. la teología es quizá más un arte que una ciencia. “La presencia de Dios no puede ser articulada en el lenguaje cotidiano trivial o de la ciencia”. El análisis de la realidad y la crítica del mundo pueden expresarse en el lenguaje de la ciencia. “Pero la teología requiere más; realmente nos llama hacia lo imposible. Como un manual de fe debería estar ayudando a articular la certeza de Dios (8) a pesar de hablar acerca de la gloria y la plenitud de Dios.

4. Sölle prefiere hablar acerca de la belleza de Dios. Es reconfortante que podamos captar una visión de la belleza y el esplendor de Dios. “”Preparar el camino de Dios, confortar al pueblo en su debilidad, poner en la calle obreros en el camino de Dios”. (9)

VI
¿Cuál es hoy la función y el servicio de la teología?
La teología es una reflexión crítica y sostenida. Es la reflexión de un participante. Es una articulación en palabras frágiles y sanadoras.
La teología da voz a la experiencia de la Palabra de Dios, a los símbolos, historias discernidas y a los sentidos abarcadores de la realidad. “La teología articula. La teología interpreta. La teología observa conexiones, expone contradicciones, llega a estar consciente de los motivos y las modalidades, proyecta un futuro, refunde el pasado, critica el presente”. (10)
La teología es la articulación sostenida de preguntas de la identidad personal y colectiva.
La teología racionalista pone mucho énfasis en los principios, hechos y la comprensión. La teología actual debe prestar más atención a la realidad, al relato y al símbolo. Trabaja con el tono, la metáfora, el ritmo y la voz, así como con la precisión conceptual. La meta de la teología es transmitir puntos de vista, no solamente conceptos. La Palabra de Diosnos habla y desafía mediante las Escrituras y se relaciona con toda la realidad, el mito, las historias, el símbolo, los principios y hechos. No es un mero asunto cerebral.
Aunque la teología está en posición para resistir las “modas”, cada esfuerzo teológico tiene su dimensión y su consecuencia políticas. Siempre hemos de prestar atención a y examinar el contexto sociopolítico en donde se desarrolla la existencia teológica.
Gran parte de nuestra vida está determinada por las instituciones sociales. De alguna manera todos estamos relacionados con organizaciones sociales. Un ser humano no es sólo racional y juguetón, sino que también es un ser político y social. El contexto en el cual existimos está modelado e influido profundamente por el ambiente social. La economía y la política han penetrado nuestra existencia personal. Estamos atrapados en ellos. La teología no puede articular la identidad humana y ser indiferente o ciega ante las instituciones políticas y sociales. La teología se relaciona con la vida. Su propósito es sanar, liberar, capacitar y enriquecer.
Según Sally McFague, las parábolas como metáforas y la vida de Jesús de Nazaret como una metáfora de Dios proveen algunas características para la teología. (11) Una teología guiada por ellas es abierta, tentativa, indirecta, iconoclasta, transformadora. Lucha con la idolatría de la Biblia, de una cierta tradición o de una iglesia. La teología nos recuerda que ningún pensamiento finito, producto o criatura pueden ser identificados con Dios.
La teología es tarea de todos los creyentes y, con todo, una tarea imposible. Finitum non capax infiniti (Lo finito no puede abarcar lo infinito).
No podemos aprehender la realidad de Dios. Somos llamados a discernir la presencia de Dios hic et nunc (aquí y ahora) y reflejar lo que significa para nosotros en una situación particular. Un ejemplo: durante el 23o. Concilio General de la Alianza Reformada Mundial, en Debrecen, Hungría, en 1997, esperamos ser desafiados por la palabra profética: “Romper las cadenas de injusticia” (Isaías 58.6). Creemos que nuestra justicia humana es sólo un reflejo imperfecto e insuficiente de la justicia de Dios. Según la Biblia, Dios no sólo hace justicia, sino que es su principal característica. Hoy, nuestra tarea urgente es traducir a la vida cotidiana lo que quiere decir cuando decimos “Dios es justicia”.

Resumen
1. En la comprensión reformada la teología es una reflexión de la fe. El punto de arranque es la revelación de Dios en jesucristo de acuerdo con las Escrituras.
2. La teología es una función de la iglesia y está al servicio de ella. El carácter eclesial de la teología no debe limitar su libertad. La teología está limitada por el objeto de su trabajo. Su tarea es purificar y profundizar el testimonio del Dios trino.
3. La teología examina y analiza hasta dónde la iglesia y sus miembros son fieles al Cristo viviente, quien es el centro de la predicación. La reflexión teológica es confiada a cada miembro de la iglesia.
4. El trabajo teológico se lleva a cabo en obediencia e interminable escucha. En primer lugar, escuchamos a los profetas y apóstoles, y en segundo, a la nube de testigos a lo largo de la historia de la iglesia cristiana.
5. La teología surge de la busca y busca expresarse racionalmente. Es un esfuerzo científico y comunica un conocimiento racional. La teología no huye de la ciencia y acepta la crítica científica. Por su esfeurzo la teología contribuye a la investigación científica y es parte de una más amplia actividad cultural.
6. La teología es libre y en última instancia responde al llamado y la encomienda del evangelio. Sin embargo, no es autosuficiente ni se siente superior a las demás actividades humanas. Es un don de gracia en el que Dios se nos revela a sí mismo y que puede dar cuenta de la esperanza que hay en nosotros.
7. La teología no es la sabiduría de un espectador sino que es fruto de una lucha existencial. La teología ayuda a la fe para basarse en un conocimiento más profundo. No obstante, el conocimiento teológico tiene que ser dirigido por el amor de Cristo, el cual sobrepasa todo conocimiento.
8. La teología es un autoexamen de la fe y ayuda a ésta a basarse en la verdad y en la realidad. No es un esfuerzo individualista aislado. La reflexión teológica se dirige a una comunidad donde se prueba su relevancia.
9. La teología tiene un carácter dialógico. Con el fin de servir a los miembros de la iglesia que viven en el mundo contemporáneo, dialoga con la filosofía, psicología, sociología y las ciencias naturales. El amor por nuestros prójimos nos lleva a dialogar con el mundo y su conocimiento. Al hacer teología tenemos que escuchar las diversas voces, especialmente la de quienes son ignorados (mujeres, dalits, gitanos, etcétera).
10. La teología es práctica y tiene como objetivo la renovación de la iglesia y cambiar el mundo. La consecuencia de la Palabra de Dios es una transformación creativa. La constante tarea de la teología es liberar a la Palabra de todas las fuerzas que pueden esclavizarla, apresarla y domesticarla.
11. La teología es una reflexión crítica y sostenida de un participante comprometido. Es una articulación e interpretación de preguntas de la identidad personal y comunitaria. La teología tiene consecuencias políticas y sociales. Su tarea no es legitimar el statu quo vigente.
12. La teología tiene la imposible tarea de expresar la realidad del Dios trino. Toda teología reformada está consciente de sus limitaciones y, por ello, cualquier afirmación teológica es considerada como preliminar, tentativa y parcial. Como teólogos realizamos nuestra tarea con oración y en un espíritu de arrepentimiento y humildad.
13. Theologia reformata et semper reformanda: ésta es la principal característica de la teología reformada y su derecho a nacer, el cual es inalienable.

Notas
(1) Karl Barth, Offenbarung, Kirche, Theologie (Revelación, Iglesia, Teología), p. 34.
(2) Wolfhart Pannenberg, Wissenschaftstheorie und Theologie (Teoría de la ciencia y teología). Frankfurt-Main, 1973, p. 329s.
(3) Hans-Joachim Kraus, Reich Gottes: Reich der Freiheit (El Reino de Dios, reino de libertad). Neukirchen, 1975, pp. 77ss.
(4) Richard Shaull, Befreiung durch Veränderung (Liberación mediante el cambio). Munich-Mainz, 1970.
(5) Robert McAfee Brown, Creative Dislocation - The Movement of Grace (Dislocación creativa- El movimiento de la gracia). Nashville, 1980, pp. 124-132.
(6) Letty M. Russell y J. Shannon Clarkson, eds., Dictionary of Feminist Theologies. Louisville, 1996, p. 283.
(7) Cf. Alfred North Whitehead, Process and Reality (Proceso y realidad). 1929.
(8) Dorothee Sölle, Thinking about God (Pensando en Dios). Londres, 1990, p. 8.
(9) Ibid, p. 9.
(10) Michael Novak, “Planetary Theology”, en Christianity and Crisis, 22 de marzo de 1971, p. 41.(11) Sally McFague, Metaphysical Theology. Philadelphia, 1982, pp. 19s.
[1] Karl Barth, Offenbarung, Kirche, Theologie, p. 34.
[2] Wolfhart Pannenberg, Wissenschaftstheorie und Theologie. Frankfurt-Main, 1973, p. 329s.